Mar gruesa

Y por primera vez en mucho tiempo no encontrar las palabras…

Y temblar…

Y desearte…

Y sonreír cuando te escucho… y reírme sola…

Y que me digan que si estoy loca…

Y embobarme mirando a nada…

Y sentir cada respiración y cada silencio…

Y desearte aún más…

Y anudarse los nervios…

Y cerrar los ojos…

Y esperarte…

Y quedarme dormida en tu voz…

Tú decides

Pudiera parecer que la vida es una fórmula dada, que incluso es fácil. Que todo está preparado y que no hay que hacer prácticamente nada…

Y es cierto…
Así puede ser la vida… si no quieres vivirla…

Si prefieres la certeza de lo predecible y la apatía de la rutina…

Si quieres dormitar en la repetitiva seguridad de los días…

Si odias las sorpresas…

Si te atienes al guión de la película…

Si pintas siempre sin salirte de la línea…

Así puede ser la vida…

O puedes sentir el vértigo de vivirla…

Tú

Un instante cualquiera de un día cualquiera…

Ni una señal en el cielo, ni un sentimiento extraño…

Ni un nudo en el estómago…

Ni un pálpito que avise de lo que está llegando…

Y entonces tú…

Cuando menos te hubiera esperado…

cuando ya ni soñaba contigo porque me había rendido…

Apareces...

Y como si no supieras que has disuelto mi miedo…

Y como si no intuyeras que has revuelto mi mundo…

Te instalas suavemente…

Como si ignoraras que has abierto ventanas,

que has derribado muros,

que has retirado el suelo sobre el que me apoyaba…

Ni siquiera sospechas que saltaría al vacío... 
si fuera contigo…