Lo
incontable de los sentimientos ocupa tanto espacio…
Son
intangibles…inmateriales…y sin embargo asfixian sin que haya ninguna
posibilidad, para el que los padece, de sobrevivir…
Te
precipitas a un vacío que jamás acaba…y tan angustiosa es tu caída que terminas
deseando el golpe seco que te libraría de la locura…
Pero
la insensibilidad es una gracia que nunca se concede, el olvido un vacío
siempre lleno de momentos, y la única salida es una puerta blindada que te
mantiene a este lado de la pesadilla…
Las
oportunidades son agua entre las manos…
No
quieres reconocer como tuyo lo que tú creaste…
No
quieres ser responsable del paso en falso de tus propios pies…
Miras
a otro lado y dices: “por tu culpa”…y sientes cierto alivio…pero la maleta que
dejaste en el andén lleva tu nombre…
La
abandonas en el tren equivocado y siempre halla el modo de volver…
Mejor
ábrela y coloca toda esa vieja ropa en el cajón…guarda cada cosa en su lugar y
ponle nombre de una vez…
Acepta
para poder continuar tu viaje…