miércoles, 31 de julio de 2013

Tan...

Tan constante como el discurrir de las aguas de un río. Tan suave como el descender silencioso de los copos de nieve. Tan perenne como una palabra escrita. Tan caduco como una palabra dicha. Tan uniforme como la lluvia. Tan poderoso como el viento. Tan destructivo como el fuego. Tan adictivo como una caricia. Tan sabio como la tierra. Tan espectacular como lluvia de estrellas. Tan hipnotizante como una mirada. Tan aterrador como el olvido. Tan doloroso como hierro candente en la carne. Tan inmenso como mar abierto. Tan claustrofóbico como una pesadilla. Tan necesario como el aire. Tan frágil como mariposa herida… tan moldeable como arcilla…tan rígido como muro de piedra…

Tan…presente en mi vida…

Ayer

Ayer no formará parte de nuestra historia juntos. No será nunca nuestro aniversario, ni el día en que nos conocimos.
Ayer no hubo sorpresas. Nunca diré de ayer “hoy hace un año que…”
Ayer no tuvo la suerte de ser un gran día.
Tampoco fue un mal día.

Ayer fue sólo “hoy” mientras duró, y luego ayer. 

lunes, 29 de julio de 2013

Orgullo

En alguna ocasión he caído presa de algo parecido a la vanidad; digo parecido porque  no llega a serlo, pues echo arena sobre esos sentimientos antes de que adquieran identidad propia, independiente de mi voluntad. Pero sí reconozco que ha habido momentos en que me ha afectado alguna suerte de soberbia embrionaria, de orgullo mal entendido, hijo de halagos mal asimilados por falta de experiencia.
Allá donde la línea entre quererse y coquetear con cierto narcisismo es más difusa, en esa delicada zona en la que el péndulo oscila entre la sensación de sentirse capaz y la de sentirse superior…en esas arenas movedizas he posado alguna vez mis pies…son tan atrayentes como canto de sirena…aunque jamás mi peso ha descansado por completo en ellas, eso también debo decirlo…

Sin saber dar una explicación coherente (ni creo que necesaria), en este preciso instante he sentido el impulso de escribir sobre esto en concreto. Y si siento el impulso, debo. Después lo he lanzado al mundo sin madurarlo, pues si tratase de analizarlo y diseccionarlo es probable que con mi análisis alterase el pensamiento que expongo ahora puro, tal como se muestra, sin maquillajes ni “quedabienes” (composición inventada, disculpad la licencia). No me importa reconocer que en ocasiones el orgullo, inofensivo en tierra firme, imprescindible en dosis adecuadas, a poco que bajes la guardia durante un instante, tiende a elevar su vuelo hasta peligrosas fronteras y acostumbra a ser presa fácil del exceso.

jueves, 25 de julio de 2013

Gracias

Feliz porque estás aquí, por tu sonrisa, por tu existencia, por tus abrazos, por tu voz inocente, por tu mirada confiada…
Feliz por cada segundo de tu vida y por el futuro que representas…
Feliz por lo que supone cada instante contigo; por lo que me enseñas, infinitamente más de lo que te enseño…
Feliz por tu enorme felicidad, por tu plácido sueño, por tu desinteresada bondad…
Feliz por los vivos colores que tiene el mundo desde que llegaste…
Feliz por creerme en parte responsable de tu dicha…
Feliz por la persona que eres…por el hombre que ya se intuye en tu cuerpo adolescente…
Feliz porque has desterrado el desánimo de mis días... porque has traído contigo la verdadera calma, la auténtica plenitud que supone no desear nada, por poseerlo todo sólo con mirarte...
Eres tan puro como la vida, que brota del suelo por sí misma y se abre camino a través de rocas estériles…
Eres blanco como la verdad…

Tan noble que observarte empaña mis ojos de lágrimas de agradecimiento por tu vida.

miércoles, 24 de julio de 2013

Mundo imaginario

La nada, sin pensamientos, sin recuerdos, sin heridas...
Sólo silencio…absoluto y envolvente…
Sólo vacío, sin gravedad, sin opresión…sin eco…
Onírico, liviano…sin límites…
Sólo presencia observadora entre bruma…sin peligro…
Imágenes inconstantes ante ojos inexistentes…
Sin pasado, sin futuro, sin destino…
Sólo ser…
Sólo existir…sin propósito…sin principio ni fin…

Sólo estar…sin aliento...
Sin dejar huella, sin influir en nada...
Sólo algo olvidado...
Sólo ente...sin nombre...sin latido...
Posiblemente eterno, seguramente innecesario...

martes, 23 de julio de 2013

Calor

Calor; “abotargante” amigo de pesadez de piernas y de espíritu, maestro en ralentizar mis ritmos y en entrecerrar mis ojos…
Me perturba el continuo ardor en mi espalda…no me deja pensar…
Me molesta el eterno sudor que provoca que la ropa tropiece al vestirme. Me importuna tener sed todo el tiempo, y permanecer enclaustrada, oculta del monstruo llameante que campa en las calles hasta que llega la noche y se digna levantar durante unas horas su abrasador toque de queda.
Pido disculpas por no saber divertirme con la arena que quema las plantas de mis pies mientras alcanzo el momentáneo alivio de unas aguas de dudosa limpieza en las que avanzo temerosa, sintiendo, que no viendo, cómo pegajosas algas rodean mis piernas, en un frágil equilibrio entre el extremo cuidado por no pisar algún cuerpo extraño que me lastime, y mantenerme firme ante el embate de las olas, intentando impedir que alguna un poco más potente me derribe.
Prefiero prescindir del placer de comer pan con tierra, rodeada por todas partes y a escasos centímetros de personas semidesnudas que no conozco de nada.
No logro disfrutar abrasando mi cuerpo en busca de un tono oscuro y engañosamente atractivo, que cuartea y envejece prematuramente mi piel.
Sueño con copos de nieve…

Añoro las tardes doradas de otoño…

sábado, 20 de julio de 2013

Soy super puntual

Yo soy super puntual, pero nadie se lo cree, porque como siempre llego tarde…
Consultan su reloj con gesto de exasperación mientras me observan llegar apurada y bastante después de la hora acordada; no tienen en cuenta ni comprenden que los elementos se han confabulado contra mí para que así suceda.
Porque vamos a ver, qué culpa tengo yo de que el ascensor decida estropearse justo cuando voy a utilizarlo (un par de veces conmigo dentro); o que todos los vecinos parezcan haber decidido salir al mismo tiempo que yo, y tenga que escuchar cómo el aparatejo sube y baja infinitas veces hasta que por fin queda disponible para mí, que para entonces ya estoy recostada contra la pared, consciente de que hubiera sido mucho más rápido (y sano) bajar por las escaleras.
Que alguien me explique en qué influyo cuando voy al cajero con tiempo suficiente, pero cuando estoy a punto de alcanzarlo, dobla la esquina un señor con bigote que llega antes que yo, y que decide consultar todas sus cuentas y parece haberse quedado pegado a esa dichosa cajita mágica que tiene la deferencia de regalarnos dinero cuando lo necesitamos, mientras echa miraditas desconfiadas y mal disimuladas hacia mí, igual que hacemos todos cuando alguien aguarda a nuestra espalda para utilizar el cajero.
O esas veces en que estoy saliendo de casa, que ya he cogido incluso el tirador de la puerta, y entonces suena el móvil, y es una llamada que tengo que coger sí o sí, pues no conozco el número que aparece en la pantalla y podría ser la respuesta a esa entrevista de trabajo que espero ansiosamente desde hace días, pero que luego resulta ser la típica y molesta (lo siento por ella) teleoperadora de una compañía telefónica de la competencia, y que te cuesta más quitártela de encima que curarte un herpes.
¡Casi olvido uno de mis contratiempos estrella! ¡El del maquillaje! Este no suele fallarme. Ese momento en que estoy perfilando mis ojos con lápiz negro negrísimo, y entonces un espasmo involuntario de la mano hace que la uniforme línea abandone su trayectoria, cruzando el párpado de parte a parte. Y si maquillarme me resulta complicado, corregir esos desaguisados ni te cuento.

¿Alguien puede decirme cómo evito yo todas estas circunstancias? Porque por culpa de ellas no puedo demostrar que soy super puntual.

Por ejemplo, este instante...

Siento la brisa invisible envolviendo mi piel. Veo todo cuanto me rodea. Escucho los sonidos del mundo. Percibo cada aroma. Y puedo saborear…
Puedo ir tras cada cosa que deseo, sólo tengo que ponerme a ello…
Pienso en el mañana como en una caja de sorpresas. Estoy ávida por disfrutar cada experiencia, y me siento fuerte y expectante…
Pero mientras aguardo con ilusión al futuro, disfruto del momento que tengo. Absorbo este instante de ahora…
Respiro la calidez del día rindiéndose al sueño de la noche, me empapo de las voces familiares que escucho y tanto amo, me emociono con el aire que penetra en mi cuerpo y lo renueva, y con el agua que me sacia y me mantiene viva…
Cada paso que doy, cada cosa que agarro con mis manos, cada pensamiento y cada recuerdo, cada proyecto, cada movimiento…es un regalo…
Cada palabra pronunciada, cada letra escrita, cada alimento…es un regalo…
Cada canción que me emociona, cada verso, cada libro que puedo disfrutar…es un regalo…
Ahora mismo, si yo quiero, puedo quedarme aquí sentada; pero también podría salir fuera y echar a correr, o podría abrazar a alguien. Podría empezar a cantar, cambiarme de ropa o echarme a dormir…
Si me apetece puedo comer algo, puedo llamar a un amigo y charlar, puedo estudiar, puedo leer…
La lista de todo lo que tengo y puedo hacer en este instante que parece tan humilde es infinita…
Este momento tan cotidiano. Esta tarde de sábado que en otros tiempos habría calificado equivocadamente de aburrida, despliega ante mí mil posibilidades…
Estoy tan agradecida…



martes, 16 de julio de 2013

Sólo eso



Puedo pasar un día entero sin ni siquiera sonreír, y puedo permanecer largas horas sin hablar. No me importa demasiado que el teléfono me acompañe, mudo. Prescindo con gran facilidad de fiestas de cumpleaños y demás eventos, y reconozco que en las reuniones con gran algarabía no me encuentro en mi elemento.
Las multitudes me hacen sentir acorralada, y las risas estridentes me alteran.
No me muevo bien en las distancias cortas, y no domino, ni de lejos, las respuestas rápidas.
Desconozco hasta las reglas más elementales de las convenciones sociales, y mi torpeza en estas lides me hace pasar, a buen seguro, por desagradable.
Puestos a confesar, confieso que son mucho más numerosas las ocasiones en las que me he arrepentido de hablar, que aquellas en las que me ha pesado callar.
Sin embargo no me tengo por huraña. No evito la intimidad ni soy distante.
Solamente amo la calma. Las aguas mansas. Las palabras quedas.

Sólo eso…creo…

lunes, 15 de julio de 2013

Podría hablar

Podría hablar de vida…de pulmones henchidos de aire, de un corazón latiendo fuerte, de sangre circulando vigorosa por un cuerpo ávido por devorar cada día que empieza…
Y además de hablar de vida, podría hablar de ansias de vivir; de ese brillo en los ojos que provocan los sueños cuando los tenemos, del caminar erguido de quien confía, y del impulso irrefrenable por gritarle al mundo la ilusión que anida en cada secreto que sólo confesamos a la almohada…
No me importaría ir más allá, y después de hablar de vida y de ansias de vivir, hablar de amor; de ese amor perfecto tantas noches soñado, de ese rostro aún sin rostro que anda por el mundo sin sospechar que le espero. Del quizá mañana, del contar los días con impaciencia. De ese desear caricias de manos aún desconocidas, y de esos susurros que estremecerán la piel entera.
Y después de hablar de vida, de ansias de vivir y de amor, sólo me resta callar; guardar silencio para que mis palabras penetren en la conciencia, para que, al igual que la lluvia empapa la tierra sedienta y la calma, calmen ellas la sed de algún corazón que esta noche esté creyendo que nada puede esperar.

Ahora guardaré en mi bolso la desgastada libreta cuyas páginas son testigo mudo del nacimiento de estas líneas, apagaré la luz y saldré de aquí sigilosamente. 
Dejaré que el eco de mis palabras en el silencio meza tu sueño ahora y por la mañana, dulcemente,  te despierte.

miércoles, 10 de julio de 2013

Si lo hago

Si levanto la primera capa, aquella que es más impermeable y que me aísla de mí…
Si miro bajo esa fina película que guarda celosamente los recuerdos deliberadamente olvidados; que me permite vivir sobre la cálida superficie...
Si abro los polvorientos volúmenes que encierran entre sus párrafos cada instante de mi vida…
Si vuelvo a hacerlo…si se me ocurre añorar aquello que dejé, o aquello otro que perdí…
Si giro sobre mis pasos y regreso a aquel viejo lugar donde no queda nadie ya…
Si lo hago quizá no quiera salir de allí…
Quizá la fuerza irresistible del pasado me embruje con ecos de emociones que en otros momentos sentí...
Creía que no era tan mayor como para que ya no quede en mí ni rastro de aquello tan intenso…
Juraría que puedo regresar y que todos estarán aún…
Y las risas, y los juegos…no pueden haberse esfumado así…
No me he dado cuenta de los días…
No he sido consciente de los años…
Duele aceptar que no regresarán jamás aquellos veranos…

domingo, 7 de julio de 2013

Pues perdona, entonces

Pulsé la tecla “enviar” con el siguiente texto:
“Hoy me han dicho que te gusto un poco”.
No levanté la vista del móvil, pues él estaba sentado al otro lado de la mesa, y con aquel mensaje había gastado toda mi ración de valentía por ese día.
Apenas dos segundos más tarde un pitido me avisó de su respuesta:
“Pues te han informado mal”.
No contaba con aquellas palabras, y tuve que pensar deprisa.
“Pues perdona, entonces”, añadí, nada original.
“¿Advierto en tu rostro cierta decepción?”, escribió en su siguiente mensaje, que no tardó en llegar.
“Adviertes mal”, me apresuré a responder, y alcé la vista, mirándole con el gesto más neutro que fui capaz de conseguir.
“Pues perdona, entonces”, me escribió, y se levantó de la mesa con no sé qué excusa.
Aproveché su momentánea ausencia para disculparme a mi vez, alegando, creo recordar, un dolor de cabeza, y salí de allí decidida a refugiarme en mi casa por siempre jamás.
El camino que conducía a la carretera, y que tan romántico me había parecido dos horas antes, con sus frondosos árboles delimitándolo a ambos lados, se presentaba ahora como un enemigo interminable, que se extendía infinito ante mí. Inconscientemente aceleré el paso, sintiéndome a cada segundo más ridícula por mi fallida pseudo-declaración, y cuando las lágrimas a punto estaban de brotar, una mano agarró mi brazo con firmeza, obligándome a detenerme.
No tuve tiempo de asustarme, pues reconocí su tacto a pesar de jamás haberlo sentido antes.
“No me gustas un poco, te quiero con desesperación”, escuché de sus labios.
“Pues perdona, entonces...porque te quiero igual”, respondí a duras penas.
Y el resto lo dejo a vuestra imaginación.

viernes, 5 de julio de 2013

Si se puede...

Si se puede volar aun sin alas, pues pueden ser las alas incluso impedimento para el vuelo cuando son grandes las ansias de llegar al cielo…
Si se puede correr más rápido que el viento, pues el viento camina tras los pasos de quien corre tras un sueño…
Si se puede caminar sobre el agua, pues es liviano el peso de aquel que sabe que le aguarda, en la orilla, un tesoro…
Si se puede esquivar el cansancio, pues qué cansancio puede alcanzar a quien persigue, incansable, su deseo...

Si puedo agarrar con las manos todo aquello que anhelo… ¿Por qué aprieto mis puños con fuerza y no lo tengo?

martes, 2 de julio de 2013

Frío

Frío…
Pero frío de verdad…no simple frío fácilmente combatible…
Frío de iceberg, de médula ósea ultracongelada…
De carámbano en el tejado del alma…
De soledad junto a otras vidas solitarias…
Frío de pura desorientación…
Frío de invierno y primavera…
Frío que no se calma porque casi nunca duele…ironía de carne insensible a causa del hielo…
Frío heredado o imitado, frío aprendido…
Frío impermeable al sol…

Frío de abrazos fríos…

lunes, 1 de julio de 2013

Perfecto

Todos tus pensamientos no pueden ser extraordinarios, ni todas tus ideas geniales. Tus pasos no serán siempre firmes, y tus actos a menudo resultarán inapropiados; tan inapropiados como tus palabras desacertadas.
No eres geométrico…
No pueden ser azules todos tus días, ni plácidas tus noches enteras.
No siempre será bálsamo tu presencia…
Ni siempre tus besos inofensivos…
No siempre aprobarás lo que ves cuando te veas en la mirada de otros...
No siempre replicarás, ni siempre callarás…
No siempre caminarás erguido…
Pero mientras te duela provocar un gesto amargo, mientras te escueza meter el dedo en la llaga y alguna solitaria lágrima lleve tu nombre…
Mientras seas capaz de empezar, aunque sea un sólo día, sin exigirte una perfección imposible…
Mientras sigas nadando contra la corriente…
Mientras te hinchen el pecho las palabras amables…
Mientras sueñes, mientras luches, mientras confíes, mientras no temas reconocerte frágil…
Serás perfecto…
Tan perfecto como cualquier hoja de otoño; tan perfecto como una tormenta o como una montaña; tan perfecto como una lluvia de estrellas o como una caricia.
Tan perfecto como la tristeza.
Tan perfecto como cualquier instante corriente de tu vida.